Una vieja silla…
…arrumbada en un contenedor, adoptada un día de intensa lluvia. Tras un laborioso proceso de acicalado, el resultado no podría ser más satisfactorio. El encargado de devolverle la vida ha sido mi augusto esposo, eso de la lija (nunca es suficiente), el tinte (con base al agua), la cera (Promade de toda la vida) la recuperación de la tornillería original (con el viejo truco del vinagre)… han dado como resultado lo que tengo el inmenso placer de mostraros ;-) Tengo que hacer una mención especial… sin la ayuda del Capitán (se encargó de reconstruir por completo el asiento), nuestras posaderas no podrían tener el descanso que merecen...
Leer másPrueba superada…
Hete aquí, el lavado de cara al armario… limpieza para quitar restos de suciedad y barnices, tratamiento para la carcoma, rellenado con pasta de madera en los agujeros, tapaporos, lijado y varias capas de aceite danés. Con los destornilladores del Rastro y algunas piezas que teníamos, hemos conseguido rellenar un poquito su interior, aunque todavía nos quedan huecos… peeeeeeero, tenemos un donante para la causa que creo nos va a sorprender...
Leer másLa alegría…
De la mañana, en la basura :-). ¿Y eso qué es? os preguntaréis… un armario pequeñito –es evidente– ¿pero para qué? para guardar las herramientas, bueno eso era antes… porque ahora, lo sustituyen las cajas de herramientas de plástico con mil y un compartimentos, transportables y super cómodas de manejar… eso sí, sin nada de glamour jajajajaja. No os podéis hacer idea de lo contenta que me he puesto, pero más contenta aún, al ver la cara de mi augusto esposo… le ha encantado y está como loco por ponerse con su restauración. Tiene carcoma, habrá que tratarlo, además de darle un buen lavado de cara, una buena mano de lija, un encerado –dar cera pulir cera– pero seguro que queda espectacular...
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¿Qué habéis dicho…